Vivo detrás de mi nombre, gritando todo lo que soy en balbuceos. Creo estar hablando en Esperanto, pretendiendo ser universal sin alcanzarlo. Si me nombro, me oculto, camuflando ese ser disperso por el universo que nadie nunca podrá conocer pues ni yo mismo lo conozco. Ya que pienso en idioma, en códigos; pues pienso y al pensar estoy falseando. La amnesia me ha envuelto y siento en mi boca el rocío del Leteo embriagándome, envenenando mis venas con la desdicha de saber que he sido y que no me recuerdo. Fui eterno, fui inmortal...¿Quién puso esa sucia única verdad dentro de mí? Si he de morir no quería saberlo. Quiero vivir siempre desconociendo. Quiero que el ocaso no sea el ocaso, sino la matriz de la belleza que me ahoga el alma con suaves suspiros. Quiero que el amor no sea el amor; quiero sentir amor y nada más. No quiero pensarlo.
S.D.
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