lunes, 24 de agosto de 2009

BARRY LYNDON


Corría 1975 y Stanley Kubrick paría este film sobre el ascenso y la caída de un irlandés ambicioso en el siglo XVIII. Presentaba una fotografía excéntrica para entonces en el mundo cinematográfico, basada en la luz natural y en la utilización de objetivos de gran luminosidad (lente Zeiss 50mm, F0.7, solicitado a la NASA). Para muchos críticos (lo cual no significa gran cosa), la obra maestra del genial director norteamericano.

No hay comentarios: