viernes, 1 de enero de 2010

LA MUERTE DEL CROONER


El aliento a topacio no murmura una canción,
Sino que es la canción completamente murmurada;
La que el garguero de scotch, tabaco y rouge
Siempre arañó nunca pudiendo alcanzarla.

Ya no hay spotlights, ni el bullicio de los idiotas;
Sólo la misma mesa vacía que ella nunca ocupó.
Es la muerte del crooner,
Es la última canción.

No hay llanto.
Sólo la lluvia, Caronte de Dios,
Impacientemente repiquetea sus dedos
Sobre la tapa de madera,
Donde un opaco cristo dorado sigue,
Pese a los siglos,
Sin encontrar bajo el cielo
Un mísero haz de luz.

Y mientras leen el Apocalipsis,
La retorcida soledad está tan sola que ya no está.
Sólo el primer puñado de tierra negra reverbera,
Como un pájaro embistiendo un ventanal.

Es la muerte del Crooner,
Es la última canción.

Texto: Sebastián Defranchesco.
Imagen: Adolph Gottlieb, Sin título, 1950.