miércoles, 18 de mayo de 2011

MAGAZINE - Real Life (1978)


Tras abandonar en 1977 a los Buzzcocks, combo punk que había fundado junto a Pete Shelley en Manchester y con el cual registró el EP “Spiral Scratch”, Howard Devoto encaró un proyecto musicalmente más ambicioso, buscando unir la inmediatez del sonido de su ex banda con el lado experimental que le había fascinado del por entonces recientemente editado “Low” de David Bowie, que a su vez bebía del krautrock alemán (Can, Neu!, etc.). Este camino a seguir comenzó a pavimentarse cuando aquel mismo año conoce al guitarrista John Mc Geoch, un estudiante de arte con quien rápidamente compuso gran parte del material que terminó conformando Real Life, el debut de su nueva banda bautizada Magazine. Al proyecto se sumaron Dave Formula en los teclados, con una sólida reputación desde la década de los sesenta con la banda St. Louis Union, reemplazando al fugaz Bob Dickinson expulsado tras los primeros conciertos, Barry Adamson en bajo y Martin Jackson en batería.
Tras foguearse en escenarios a lo largo de Manchester y alrededores, la banda lanzó a principios de 1978 los singles “Shot By Both Sides”, que había sido escrito en los últimos días de Devoto en los Buzzcocks, y “Touch And Go”, que no se incluyó en la lista final de temas de Real Life. Éste terminó saliendo a la calle pocos días después, con la rúbrica en la producción del experimentado John Leckie y con una llamativa portada diseñada por Linder Sterling, pareja de Devoto y ex de Luca Prodan – como dato color -, que deja entrever una aproximación “arty” a la música. O sea, la motivación para la creación por parte de estos ingleses no sólo nacía como asimilación y reacción ante el entorno, algo que el punk había hecho al adoptar un discurso contestatario ante el status quo, sino que pone en práctica una mentalidad plástica, donde cada uno de los detalles, desde el contenido sónico hasta el arte de tapa, se retroalimentaban formando un todo.
Haciendo los honores de apertura, “Definitive Gaze” nos da en sus cuatro minutos y medio un panorama de hacia dónde irán los disparos a lo largo de todo el LP, con una presencia muy marcada de los teclados de Formula, cuyo sonido etéreo y ambiental son un link directo a Brian Eno. Por su parte, la base rítmica se muestra muscular y por momentos funky, recordándonos que fueron contemporáneos a los Talking Heads y que no adherían a ese rasgo del naciente post punk de gélidas bases que parecían cajas de ritmos y no propulsadas a sangre. Sin lugar a dudas se mantenían aún fuertemente ligados al punk, que también lejos está de ser gambeteado en el fraseo de Devoto, cuya pronunciación cínica y desfachatada de cada palabra está más cerca de un escupitajo de Johnny Rotten que de la elegancia crooner del último Ian Curtis. Y si la obra de David Bowie por aquella época había sido otra gran influencia para Devoto y compañía aparte del punk, no es para sorprenderse el guiño al duque blanco que nos encontramos en el track inicial cuando el piano deriva neuróticamente durante varios compases al mejor estilo Aladdin Sane. En “My Tulpa”, por su parte, volvemos a esnifar a Eno, sobre todo al de “Here Comes The Warm Jets” (1973), por esa forma de revestir una canción pop con sonidos marcianos.
Siguiendo el recorrido por el disco, y aparte del enérgico single “Shot By Both Sides”, donde brillan esas incendiarias e inquietas líneas de guitarra de McGeoch que da entender por qué es citado por Jonny Greenwood (Radiohead) como su principal influencia en las seis cuerdas, se destacan canciones como “Motorcade”, con esos cambios de dinámica maravillosos, y el ambiente circense de “The Great Beautician In The Sky”, algo así como el Mr Kite de Magazine. Sólo en “Burst”, cubierta del mejor polvo de estrellas de Ziggy, y en el cierre con “Parade”, los mancunianos bajan un poco las revoluciones, teniendo esta última un extraño aroma a cabaret berlinés. Otro momento cumbre es “The Light Pours Out Of Me”, que se volvería infaltable en sus conciertos merced el carácter marcial de su estribillo y que fue luego versionada por Peter Murphy.
Luego de este debut, habría otros discos magistrales, como “The Correct Use Of Soap” (1980), con la producción del genial Martin Hannett, pero paralelamente se irá produciendo la diáspora de sus miembros aquí, allá y en todas partes: McGeoch se unió a Siouxie & The Banshees, hasta que fue reemplazado brevemente por Robert Smith debido a sus adicciones, y participó en PIL (Public Imagine Ltd., el proyecto post Sex Pistols de John Lydon). El bajista Adamson pasó a ser un miembro estable de los Bad Seeds de Nick Cave hasta mitad de los ´80 y un muy inquieto compositor, contribuyendo incluso en el ámbito cinematográfico, como en el caso de la banda sonora de “Lost Highway” de David Lynch (1997). Martin Jackson pasaría una temporada en los también influyentes The Chameleons, durante 1982. Asimismo, el grueso de los miembros estuvo presente en la banda Visage. Devoto, por su parte, emprendería una carrera solista.
Más allá de todo esto, “Real Life”, al igual que otros discos como “Unknown Pleasures” de Joy Division o el citado “Low” de Bowie, gana importancia pues se hizo cargo de haber sido parido en el filo de una década y no sólo asimiló el zeitgeist, sino que puso los cimientos para construir los sonidos por venir.

Sebastián Defranchesco (Publicado originalmente en la Revista Post, octubre 2010).

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